Girona
El barrio viejo de Girona (en catalán barri vell) es una maravilla. Incluye el barrio judío (call jueu), uno de los mejor conservados de Europa. Pasear por sus calles estrechas y empedradas, rodeadas de antiguas casas, es como trasladarse en el tiempo. Aquí se rodaron episodios de Juego de Tronos. Un amigo mío que es arquitecto y es responsable de la restauración del barrio viejo en otra ciudad española, me dijo que el casco viejo de Girona es para él uno de los mejor conservados y restaurados de España.
Además del barrio viejo, otras construcciones emblemáticas de Girona son su catedral gótica (que tiene la nave gótica más ancha del mundo), la Iglesia de San Félix, cuya torre destaca sobre la ciudad, y la muralla que envuelve una parte del barrio viejo.
También es una ciudad moderna y dinámica. Hay multitud de comercios de artesanía que te sorprenderán y su oferta gastronómica es también buenísima, no en vano aquí está el que fue el mejor restaurante del mundo según la revista Restaurant en 2013 y 2015, el Celler de Can Roca, quizá reflejando la gran tradición gastronómica innovadora y de calidad de esta región. También cerca de Rosas estaba el Bulli, el mítico restaurante de Ferran Adriá que fue también el mejor restaurante del mundo y sin duda el pionero en el boom de la gastronomía moderna española.
Pero antes de comer vamos a andar un poco. Empezamos por el barrio viejo. Lo mejor es perderse por sus calles, sumergirse en un tiempo antiguo y sorprenderse con los rincones que vamos encontrando.
En el barrio viejo encontraremos la Catedral, que en su fachada principal tiene una gran escalinata. En su parte posterior podemos apreciar el ábside con sus ventanas típicamente góticas. Desde la catedral podemos apreciar la torre de la Iglesia de San Félix, otro de los símbolos de la ciudad.
Desde la catedral podemos seguir hacia la muralla. Al quedar en un sitio elevado, tiene unas vistas panorámicas muy buenas de la ciudad. También hay rincones con pequeños jardines para relajarse y descansar.
En el centro destaca la Rambla, un lugar siempre concurrido y con movimiento, donde encontraremos terrazas y tiendas. También destacar la Plaza de la Independencia, la típica “plaza mayor” cuadrada. Y por supuesto las casas coloridas en el río Onyar, que es otra de las estampas más conocidas de la ciudad de Girona.